Las buenas fotografías llevan un mensaje
implícito que corresponde con el punto de vista que el fotógrafo tiene sobre la
realidad que pretende inmortalizar. Con cada fotografía, queremos contar algo.
Pongamos por ejemplo esta foto que, por
desgracia, es actualidad en estos últimos días.
El infierno del fuego y la valentía de unos
bomberos anónimos. Este podría ser el mensaje.
Lo que hace que esta foto sea espectacular es
que contiene los elementos justos para poder transmitir este mensaje. Un cielo
rojo con una enorme llamarada que demuestra el tamaño y la violencia del
incendio y las siluetas de 5 bomberos y una manguera, plantando cara a
semejante desastre.
Dicho técnicamente, esta imagen tiene una
relación señal/ruido muy elevada, ya que prácticamente todo los elementos que
muestra contribuyen a la explicación del mensaje.
La simplicidad es una característica muy
apreciada en el mundo de la fotografía porque ayuda a potenciar los elementos
importantes de la misma. Y la reducción del ruido en nuestras fotos es un paso
fundamental para alcanzar esa simplicidad (al igual que ocurre en el mundo de
las presentaciones, sobre lo que ya escribí en mi blog).
¿Puedo eliminar el ruido con Photoshop?
Por supuesto que sí, aunque es una opción
que, personalmente, detesto.
El Photoshop es una gran herramienta que
ofrece unas prestaciones muy buenas, pero, bajo mi punto de vista, nunca debe
utilizarse como remedio a una falta de recursos del fotógrafo. Es como si
alguien pretendiera ser reconocido como buen cocinero y no fuese capaz de cocinar
un plato sin la Termomix.
La relación entre el tiempo que el fotógrafo
está con la cámara en sus manos y el tiempo que se pasa retocando fotos con el
Photoshop (o similares) debe decantarse claramente a favor del primero.
Si te gusta la fotografía, disfrutarás mucho
más consiguiéndolo por tus propios medios. Y no hay mayor satisfacción que
realizar una foto que no necesite retoque alguno.
Entonces… ¿Cómo podemos reducir el ruido en
nuestras fotografías sin utilizar Photoshop?
Mediante tres técnicas bien simples.
1.- Selecciona el
escenario ideal para tus fotos.
Cuando quieras hacer una foto, piensa antes
cuál es el escenario idóneo para potenciar el mensaje que quieres transmitir.
Por ejemplo: ¿Quieres hacer un retrato a
alguien? Busca entonces un fondo liso (una pared, el cielo, una tela negra…)
para que no haya otros elementos que le quiten protagonismo al rostro.
Otro ejemplo: Quieres fotografiar un paisaje
verde? Entonces debes buscar un lugar en el que no haya otros elementos
disonantes (vehículos, cables de electricidad, rótulos…).
Seleccionando el escenario con buen criterio
nos vamos a ahorrar muchas horas delante del Photoshop intentando eliminar
elementos indeseados de nuestras fotos.
Pongamos por ejemplo estos dos retratos. Mientras en el primero los juguetes del fondo no permiten resaltar el rostro, en la segunda, el fondo azúl del agua lo potencian.
Pongamos por ejemplo estos dos retratos. Mientras en el primero los juguetes del fondo no permiten resaltar el rostro, en la segunda, el fondo azúl del agua lo potencian.
2.- Si no puedes
mover el fondo, muévete tu.
Pero está claro que no siempre podemos elegir
el emplazamiento en el que vamos a realizar la foto. A veces la foto aparece en
el lugar menos pensado sin tiempo para mucho más que enfocar y disparar. Así
que el fondo es inamovible.
Al igual que ocurre con Mahoma y la montaña,
en este caso, si no podemos mover el fondo, deberemos ser nosotros como
fotógrafos quienes nos movamos. ¿Por qué? Para conseguir un nuevo punto de
vista con menos ruido.
Moviendo ligeramente nuestro cuerpo hacia un
lado u otro, conseguimos que los elementos del fondo se dispongan de maneras
diferentes en relación con el objetivo de nuestra captura.
Por ejemplo: ¿Nos molesta esa papelera que
aparece en el fondo justo al lado de la persona que queremos fotografiar? Pues
nos movemos un poco hacia un lado para conseguir que la papelera se esconda
justo detrás y desaparezca de nuestra imagen.
O nos movemos hacia el lado opuesto hasta que la papelera desaparezca
del visor de nuestra cámara.
Un ligero movimiento nuestro puede significar
una gran mejora de nuestra foto.
De nuevo, veamos un ejemplo. En la primera foto, a nuestro tigre le aparecen dos objetos de fondo que diluyen su importancia en la imagen. Sin embargo, al elevar un poco la cámara y acercarnos a la mesa, conseguimos un nuevo plano sin necesidad de mover ninguno de los elementos. La segunda foto no deja lugar a dudas sobre qué es lo más importante: el tigre.
De nuevo, veamos un ejemplo. En la primera foto, a nuestro tigre le aparecen dos objetos de fondo que diluyen su importancia en la imagen. Sin embargo, al elevar un poco la cámara y acercarnos a la mesa, conseguimos un nuevo plano sin necesidad de mover ninguno de los elementos. La segunda foto no deja lugar a dudas sobre qué es lo más importante: el tigre.
3.- Desenfoca los
elementos sobrantes.
¿Y si resulta que no podemos movernos ni
nosotros?
Cuando no hay la posibilidad de eliminar el
ruido mediante un movimiento nuestro o no nos interesa hacerlo, entonces nos queda todavía una tercera
opción: desenfocarlo para que el verdadero protagonista de nuestra imagen se
resalte.
Para ello debemos utilizar los conceptos ya
aprendidos de Profundidad de Campo.
Os dejo un ejemplo de Bryan Peterson sobre cómo sacar partido al desenfoque en la eliminación del ruido:
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